Todos eran iguales, una misma cara repetida una y mil veces, ojos relucientes, bocas medio abiertas, gritando Cuando pasábamos junto al poyo montador, vieron a Manie que, llevando el coche, daba la vuelta a la esquina de la casa. Sass le seguía, montando a caballo y llevando a otro de la brida.
Ancho Mar de los Sargazos. Jean Rhys
Las obras literarias que nos enfrentamos en esta parte del Caribe presentan según Benítez Rojo un considerable pluralismo lingüístico y etnológico, una diversidad inextricable e inabarcable en cuanto a su mixtura, cuando nos presenta una mezcla entre el carácter repetitivo de la plantación y sus formas de exteriorizarse en la vida de la sociedad. Sin embargo, dentro de lo literario podemos ir revelando su visión de mundo, su espacio social, su vivir cultural y su vivir histórico.
La obra desde su experiencia vive al mismo tiempo las fronteras de un Caribe insular inundado por estructuras sociales, culturales y literarias que son el resultado de la diversidad, fragmentación, inestabilidad y complejidad cultural de la región, en contraste con esa zona costera de tierra firme que ejerce presión hacia fuera del mundo. En una relación de fuerzas centrípetas y centrífugas, Benítez Rojo nos propone una relectura del Caribe, en un flujo constante que trasciende los espacios mismos del Caribe y que reconstruyan al hombre desde su génesis en la plantación, muchas veces visto por esa vieja polémica entre unidad/diversidad, entre homogeneidad y heterogeneidad, esquemas dependentistas e independentistas; dicotomías que oponen, elementos vernáculos/ foráneos.
“Ocurre que el mundo contemporáneo navega el Caribe con juicios y propósitos semejantes a los de Cristóbal Colón: esto es, desembarca ideólogos, tecnólogos, especialistas e inversionistas (los nuevos des-cubridores), que vienen con la intención de aplicar “acá” los métodos y los dogmas de “allá”, sin tomarse la molestia de sondear la profundidad socio-cultural del área”. (Benítez Rojo, 1989, II).
Este primer acercamiento a la Isla que se repite de Benítez Rojo nos permite decir que el análisis de las condiciones culturales, históricas y sociales en que se sitúan estas narrativas surge también de una confrontación con la crítica tradicional, en su perspectiva, acrónica y atópica habitualmente ignorando la perspectiva de donde parte Benítez Rojo que nos dice que: “Se acostumbra definir el Caribe en términos de su resistencia a las distintas metodologías imaginadas para su investigación. Esto no quiere decir que las definiciones que leemos aquí y allá de la sociedad pan-caribeña sean falsas, y, por lo tanto, desechables. Yo diría, al contrario, que son tan necesarias y tan potencialmente productivas como la primera lectura de un texto, en la cual, inevitablemente, como decía Barthes, el lector se lee a sí mismo. Con este libro, no obstante, pretendo abrir un espacio que permita una relectura del Caribe; esto es, alcanzar la situación en que todo texto deja de ser un espejo del lector para empezar a revelar su propia textualidad.” (Benítez Rojo, 1989, II).
Benítez Rojo nos propone a la Plantación como una forma de entender al Caribe, al tiempo que sus efectos contrarios, una figura de bordes difusos que combina líneas rectas y curvas, una galaxia en espiral que dirige su desplazamiento hacia fuera, que despliega y dobla su propia historia hacia adentro. Así la plantación es una forma de telescopio para ver las multiplicaciones que se dan en el Caribe, siendo según el autor el fenómeno de mayor importancia histórica de la región de nuestro estudio, hasta el punto de que si no hubiera sucedido, quizá las islas de la región fuera replicas en miniaturas de las naciones europeas que las colonizaron. (Benítez Rojo, 1989, 5-8).
Por lo tanto, la Plantación es presentada por Benítez Rojo como un lugar donde se encuentras las fuerzas caóticas, un lugar donde se definen las significaciones textuales del mundo y donde la literatura se vuelve un paradigma de flujos de significantes. No obstante, la plantación, no asegura una “caribeñidad”, en un sentido más amplio donde estas características se vuelven insondables.